Síndrome de descompresión rápida



SÍNDROME DE DESCOMPRESIÓN RÁPIDA

El termino ''síndrome de descompresión rápida'' es utilizado para denominar a la enfermedad aguda conocida en medicina como embolia gaseosa producida por una disminución brusca de la presión atmosférica, se produce como consecuencia de la formación de burbujas de gas procedente del respirado y que no es eliminado con rapidez de los tejidos donde están disuelto al reducirse la presión ambiental.

El síndrome de descompresión rápida se conoce como enfermedad de los buzos, Cuando el buceador desciende y permanece en el fondo, aumentan las presiones parciales de los gases inertes en la sangre, alvéolos, tejidos y células, En el momento del ascenso hacia la superficie el gas se libera de los tejidos al disminuir la presión a la que está sometido, pasando a la sangre, pulmones y expulsándolo al exterior. Si la disminución de la presión se produce de una forma rápida se formarán burbujas.

En las mezclas respiratorias, solo los gases neutros, no metabolizados por el organismo, son los responsables de la Enfermedad Descompresiva. En el caso del buceo, usando como mezcla respiratoria el aire, el gas neutro o no metabolizado es el Nitrógeno (N2) y será el que producirá unas alteraciones fisiológicas y patológicas que de no tenerse en cuenta unas ciertas precauciones ocasionará el accidente.

Recordemos brevemente que la aparición de esta enfermedad en buceo es consecuencia directa de las leyes físicas de Henry y de Boyle-Mariotte: Si la disminución de la Presión ambiente es muy rápida, el gas disuelto se presenta bajo la forma de burbujas estables. Las burbujas aumentan de volumen llegando a ser burbujas libres o circulantes, La mayoría de estas burbujas están en el interior de los vasos sanguíneos y comprimen los vasos capilares de los tejidos, estas burbujas pueden ser estacionarias y entorpecer la circulación sanguínea en una zona determinada, pero también pueden estar circulando libremente y ser arrastradas por la corriente venosa hacia el lado derecho del corazón y posteriormente hacia los pulmones, Las burbujas actúan de una manera mecánica sobre los vasos, comprimiendo la capa interna de estos; entrañan igualmente una modificación de los elementos que forman la sangre, en particular las plaquetas.

La aglomeración de plaquetas (agregación plaquetaria) y la activación de factores coagulantes contribuyen a un “engordamiento” de la sangre, que favorece la formación de coágulos con el consiguiente riesgo de embolias. El descubrimiento de estas secuelas secundarias han llevado a los especialistas en medicina de buceo a considerar como poco extenso el termino de “accidente” y se ha preferido denominarlo como “Enfermedad Descompresiva”.
Tengamos presente que la importancia de las burbujas está en relación directa con la profundidad y tiempo de inmersión.
Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de pequeñas burbujas e inflamación a nivel subcutáneo, pero el síntoma inequívoco es la aparición de un fuerte dolor, que afecta a diversas partes del cuerpo, ciertas regiones corporales pueden sufrir parálisis transitoria y en ocasiones se producen lesiones permanentes e incluso la muerte.

las causas o factores que predisponen la enfermedad:
La causa esencial de la Enfermedad Descompresiva es no respetar los tiempos de las tablas de buceo, la velocidad de ascenso y las profundidades y tiempos de las paradas de descompresión.
A estas causas conviene añadir algunos factores que predisponen a sufrir la enfermedad descompresiva:
  • Obesidad: pues los tejidos adiposos son muy susceptibles al N2.
  • La fatiga: debido al exceso de CO2 en la sangre y tejidos
  • La edad: Hay que tener en cuenta que las tablas están pensadas en función de una población joven y entrenada.
  • El frio

La primera vez que se observó este proceso fue en 1839, y pronto fue conocido entre los buzos y los trabajadores que debían permanecer durante periodos prolongados en cámaras de aire comprimido. Los síntomas aparecían cuando volvían a las condiciones atmosféricas habituales. La única medida terapéutica que se conocía consistía en devolver a la víctima a una cámara de alta presión, e iniciar la despresurización de manera lenta y progresiva. Se ignoraba la causa de los síntomas.
Durante la II Guerra Mundial la evolución de la aeronáutica permitió que los aviones alcanzaran más de 9.000 m en 6 minutos; a esa altitud, la presión atmosférica es inferior a un tercio de la presión atmosférica a nivel del mar. Una descompresión tan brusca conducía con frecuencia a la aparición de un síndrome de descompresión en el piloto. Con este motivo se empezó a estudiar en profundidad el mecanismo de la enfermedad: un descenso brusco de la presión del aire produce una disminución de la solubilidad de los gases en solución, y por tanto los gases disueltos retornan al estado gaseoso dentro de la corriente sanguínea, formando burbujas de aire. Estas burbujas de aire liberadas dentro de la corriente sanguínea pueden obstruir algunos de los vasos terminales (arteriolas), interrumpiendo el aporte sanguíneo a las terminaciones nerviosas, desencadenándose así los síntomas que se producen a consecuencia de cuadros isquémicos (infartos) en diferentes zonas, cerebrales, óseas, renales, etc. El oxígeno y el dióxido de carbono vuelven a su estado soluble dentro de la sangre con rapidez, pero el nitrógeno permanece en estado gaseoso y es por tanto el principal responsable. Se puede prevenir la aparición de esta enfermedad haciendo que el piloto respire oxígeno puro no sólo durante el vuelo, sino también antes del mismo. De esta manera se elimina el nitrógeno de la circulación.

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